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LOS INVERECUNDOS DE CHILE

Mis aventuras en la Clínica INDISA, refugio de torturadores

 

Ayer viernes 12 de julio de 2013 me tocó acompañar a mi compañera a una pequeña intervención que le practicaron a su hija.
Por pura curiosidad, bajé hasta el segundo piso e hice ordenadamente la fila para pedir hora en la Unidad de Cardiología.

Cuando llegó mi turno, pregunté si aún trabajaba allí el conocido y reputado cardiólogo Alejandro Forero. Ante la respuesta afirmativa de las recepcionistas, inquirí información acerca del valor de la consulta. Cuando pregunté si el doctor hacía algún tipo de descuentos a las personas que torturó durante su paso por el Comando Conjunto, se armó una batahola que terminó con médicos, enfermera jefa y guardias de seguridad rodeándome. Les pregunté si no les daba asco compartir el café con un monstruo de esas características.

La Enfermera jefa, con absoluto desparpajo, me indicó que ellos estaban muy orgullosos de tener al doctor Forero en su equipo de trabajo.

Algunos trabajadores de los locales que se ubican en las proximidades de la Unidad de Cardiología, que no deseo individualizar para evitarles represalias laborales, me indicaron que a Forero aún le gusta llegar de vez en cuando vestido con uniforme

Otro médico, cardiólogo, me dijo; "cada cual sabe de lo que es responsable". Y yo contesté que un profesional "siempre puede escoger a sus compañeros de trabajo, que él no era un recién egresado y algún día su salud mental iba a pagar el costo de hacerse el ciego a cambio de un flujo de pacientes seguro", que eso no le sale gratis a nadie.

Según el diario "El Dínamo", El nombre de Forero es ampliamente conocido en círculos de defensa de los Derechos Humanos ya que siempre se le ha sindicado, entre otros, como cómplice, en 1976, del primer secuestro y tortura del profesor y dirigente comunista, Manuel Guerrero, asesinado, en 1985 por la DICOMCAR.

Este cardiólogo, quien hoy se desempeña en la Clínica Indisa y la Universidad Mayor, era médico de la FACH cuando tuvo lugar el golpe de Estado en 1973.

Tres años más tarde, en la Base Aérea de El Bosque y en el Regimiento de Artillería Antiaérea de Colina, habría formado parte del Comando Conjunto siendo recordado por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos como quien drogaba a detenidos. “Él supervisaba y ejercía torturas hasta cuando aguantaran”, explicó Lorena Pizarro, presidente de la Agrupación a este medio.

En una recordada columna del hijo de Manuel Guerrero, del mismo nombre, en su blog personal, se menciona cómo el médico fue quien tomó la decisión de enviar a su padre al Hospital de la FACH, en estado de inconsciencia, cuando éste presentaba una herida de bala y cuantiosas marcas de electricidad en su cuerpo durante su primera detención en 1976.

La pregunta es: ¿Por qué la Clínica Indisa, tan reputada, protege, da trabajo y hasta se siente orgullosa de contar con los servicios de un ex torturador?
La respuesta es muy simple. Es cosa de mirar el Directorio: grandes empresarios, familias de apellidos empingorotados y hasta-sorpresa- ex ministros de Pinochet:

PRESIDENTE Juan Antonio Guzmán Molinari
VICEPRESIDENTE Alejandro Pérez Rodríguez
DIRECTORIO Guzmán Molinari, Juan Antonio
Marchant Orrego, Teresita
Olmedo Droguett, Sergio
Palacios Garcés, Gustavo
Pérez Rodríguez, Alejandro
Poduje Carbone, Ignacio Miguel
Selume Zaror, Jorge
Serra Cambiazo, Andrés
Valenzuela Gamboa, Patricio

USTEDES SEÑORES DE LA CLÍNICA INDISA DEBEN EXPLICAR CÓMO ES POSIBLE QUE PONGAN VIDAS HUMANAS EN MANOS DE ALGUIEN QUE YA DEJÓ HACE MUCHO TIEMPO DE SER HUMANO

Mauricio Feller
Poeta y Periodista

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