MAS ESCANDALOS DE LOS INVERECUNDOS DEMOCRISTIANOS
LA DEMOCRACIA CRISTIANA,
EL BORRADOR Y LO QUE VIENE
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La filtración del borrador del fallo del Tribunal Supremo de la DC dejó al descubierto una operación político comunicacional que tenía como fin "adelantar" las posibles consecuencias de la expulsión del senador Zaldívar.
Pero, el error se produjo cuando el diario la Tercera publicó párrafos íntegros del documento dejando sin legitimidad e independencia una instancia que, en esencia, debe velar por un debido proceso.
La renuncia del presidente del TS falangista, anunciada este domingo por el diario El Mercurio es la consecuencia del ambiente que se vive al interior de la flecha roja.
Para quienes filtraron el documento, la idea era adelantar el borrador del fallo de expulsión del líder colorin con el objeto disminuir los "costos políticos" que provocaría la medida ya que esta acción no fue un "descriterio" de algún miembro del TS, es parte de una acción planificada pero que no supo manejar el apetito editoriales de La Tercera que tenía una verdadera bomba de tiempo en sus manos y que no estaba dispuesta a dejar pasar.
UNA OPERACIÓN COMUNICACIONAL IMPERFECTA
El borrador del fallo, elaborado por el presidente del Tribunal Supremo de la DC Carlos Figueroa, se entregó a sus miembros el pasado viernes por mano.
El ex ministro del interior del gobierno de Eduardo Frei había tomado sus resguardos en contra de filtraciones y decidió enviar el documento en papel y no por correo electrónico.
En cada uno de los 50 considerandos de la propuesta del fallo que fundamentaban la expulsión del senador Adolfo Zaldívar, sostenía con extrema dureza la medida disciplinaria y, de paso, fortalecía la decisión política impulsada por la Mesa Directiva de la DC encabezada por Soledad Alvear.
Otro problema era la fecha del fallo ya que complicaba a algunos de los actores del conflicto, 26 de diciembre, por que los efectos de la expulsión podrían durar semanas si este se conocía, oficialmente, después de Navidad y, sobretodo, porque la Mesa solo sesionaría en los primeros días de enero. No podían dejar que el tema quedará "rebotando" durante tanto tiempo, ello, solo le serviría a los colorines para fortalecer su posición y complicar a los alvearistas.
Entonces, filtrar el documento era una buena solución para "matar la noticia" ya que el fallo que se daría a conocer, entre Navidad y Año Nuevo, sería solo la confirmación de un hecho informativo adelantado por lo que reduciría los efectos comunicacionales de la expulsión ya que sería comentada por los medios entre las compras de regalos, los tradicionales "lanzazos" capitalinos y las cenas de noche buena. Se aseguraba una cobertura mínima.
Ello reduciría los costos políticos de la Mesa Directiva DC ya que en enero solo informaría que acataba el fallo y daba por superada la crisis. El escenario era perfecto salvo por un pequeño error no calculado: No haber asegurado la forma de como se trataría la información. Debía "adelantar los contenidos del fallo" , ese era el mejor escenario para el encargado de la operación política.
Sin embargo, la noticia se transformó en "la filtración del fallo", por el enfoque que le dio el diario La Tercera, situación completamente distinta al "tratamiento" informativo que le entregó el portal Cambio 21, de estrecha cercanía a la actual mesa directiva de la DC y en especial a Gutembeg Martínez, ex presidente de la ODCA y principal articulador al interior del falangismo.
No hay que olvidar que en lo concreto, el documento filtrado era una copia en papel del enviado por Figueroa a los miembros del TS por lo que debió ser entregado al medio de comunicación el mismo día viernes y así asegurar el titular del sábado.
CARLOS FIGUEROA EL MÁS COMPLICADO
Después de la "filtración" al presidente del TS de la DC no le quedaba otra alternativa. Carlos Figueroa debía renunciar a la instancia disciplinaria y su propuesta de sanción debía quedar nula.
La publicación textual del documento dejaba en mal pie al ex ministro ya que, de acuerdo a los estatutos de la falange, esta instancia debe velar por la confidencialidad de sus resoluciones. Esta funciona como un Tribunal formal, osea, el fallo solo se conocer cuando sus miembros confirman el borrador.
Sin duda, Carlos Figueroa debe haberse sentido "engañado". Las confianzas quedaron dañadas al interior del TS por lo que la legitimidad y su independencia, pregonada por su hoy renunciado presidente, queda cuestionada al grado que fue el mismo Figueroa quien retiró por el diario El Mercurio su propuesta de expulsión.
La Mesa Directiva y los colorines comenzaron de inmediato a evaluar los efectos comunicacionales del fallo. Era un secreto a voces que Figueroa preparaba un duro informe que expulsaba a Adolfo Zaldívar. Los primeros intentaron quitarle dramatismo a la renuncia y argumentaron que esta solo era efectiva si se comunicaba oficialmente a través del mismo TS. En cambio, para los disidentes la filtración es la confirmación de una expulsión anunciada que comenzó con las declaraciones del ex presidente Patricio Aylwin.
Carlos Figueroa hoy no tiene piso político para mantenerse en el cargo. Distinto hubiese sido si esta operación política comunicacional hubiese hecho referencias al fallo y no al documento. Distinto es "adelantar" el cómo viene una resolución a publicar el documento que habla de la decisión disciplinaria.
La filtración del borrador profundizó las desconfianzas al interior de la DC y hoy, más que nunca, el falangismo deberá buscar una solución alternativa que recomponga las relaciones internas. Ya personeros como el diputado Gabriel Ascencio ha solicitado adelantar las elecciones de abril y hacer una Mesa de consenso y no monocolor como la que existe hoy.
Con lo sucedido este fin de semana es improbable que el 26 de diciembre el Tribunal Supremo de a conocer una resolución y si lo hace dejaría en evidencia que no existe un debido proceso en la investigación en contra del díscolo senador por Aysén.
La filtración significa que los miembros del Tribunal quedan cuestionados no solo para conocer los detalles de la investigación que tiene carácter de sumaria sino que para pronunciarse a favor o en contra ya que fueron los medios de comunicación quienes conocieron los detalles de la sanción antes que los propios afectados.
En resumen, la filtración es una mala práctica que esta inundando la actual política chilena. La existencia de operaciones comunicacionales al límite de la legalidad demuestra lo turbio de sus objetivos, sobretodo, si ellos tienen que ver con fallos elaborados por instancias que actúan como tribunales y que su fortaleza es, precisamente, la confidencialidad de sus discusiones y resoluciones.
El próximo 26 de diciembre será un día clave para la Democracia Cristiana y, lo que se adopte marcará el devenir del falangismo. El Tribunal Supremo hoy esta cuestionado, La Mesa Directiva no puede validar un borrador de expulsión que ha perdido legitimidad. Sin duda, son momentos de decisiones pero donde el bien común de la flecha roja debe estar por sobre cualquier cosa.
Santiago de Chile, 24 de diciembre 2007
Crónica Digital
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